Destierra de esta casa las asechanzas del maligno espíritu y líbranos de todos los males.
Pídele al Señor que remidie nuestras necesidades, tanto espirituales como corporales.
Pide también por el progreso de la Santa Iglesia Católica y porque mi alma no muera en pecado mortal, para que asi, confiando en tu poderosa intercesición, pueda algún día en el Cielo cantar las eternas alabazas.
Amén, Jesús, María y José.