domingo, 21 de marzo de 2010

La oración interior

“La oración interior es la principal; constituye la esencia de la oración, pues Dios escucha, no la voz, sino el corazón, según san Cipriano. En efecto, en el corazón entendido en sentido bíblico, que reúne la atención del Espíritu y el impulso de la voluntad, es donde se entabla el diálogo de la oración con el Padre en lo secreto donde mana la fuente de la vida espiritual.
… Como ocurre con cualquier otra virtud, la oración se aprende a la manera de un oficio, mediante un largo y paciente ejercicio, a través de un esfuerzo incesantemente recomenzando para garantizar la calidad y el progreso. Sin embargo, la línea de crecimiento de la oración no se sitúa en la obra exterior, sino a nivel del corazón, en lo hondo del alma. La eficacia y el éxito no dependen aquí sólo de nuestra pena y de nuestra habilidad, sino sobre todo de nuestra docilidad al Espíritu Santo, que es el maestro de la oración y asegura su fecundidad.”

Pinchares, Servais. La Vida Espiritual. España, EDICEP, s.f., p. 206.

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