miércoles, 23 de septiembre de 2009

MAGNIFICA

María dijo:
"Mi alma alaba la grandeza del Señor; mi espíritu se alegra en Dios mi salvador.
Porque Dios ha puesto sus ojos en mí, su humilde esclava, y desde ahora siempre me llamarán dichosa; porque el Todopoderoso ha hecho en mi grandes cosas.
¡Santo es su nombre!
Dios tiene siempre misericordia de quienes lo reverencian.
Actuó con todo su poder: deshizo los planes de los orgullosos, derribó a los reyes de sus tronos y puso en alto a los humildes.
Llenó de bienes a los hambrientos y despidió a los ricos con las manos vacías.
Ayudó al pueblo de Israel, su siervo, y no se olvidó de tratarlo con misericordia.
Así lo había prometido a nuestros antepasados, a Abraham y a sus futuros descendientes."
San Lucas 1 , 46-55

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