sábado, 6 de noviembre de 2010

El Sacramento de la Penitencia

  • Para una buena confesión es necesario:

- El examen de conciencia, para poner toda tu vida a la luz del Evangelio;

- El dolor de los pecados (contrición), por haber ofendido a Dios;

- El propósito de enmienda, porque quieres cambiar de vida, convertirte, con la gracia de Dios;

- La confesión de los pecados al sacerdote: expones todos tus pecados con sencillez y sinceridad;

- La satisfacción: cumplir la penitencia, reparar el daño causado al prójimo, restituir lo robado (bienes, fama…).

  • Examen de conciencia

Es necesario confesar los pecados graves, o "mortales", que son los que tienen como objeto una materia grave (contra los Mandamientos), se cometen con pleno conocimiento y consentimiento deliberado. Sin embargo, para una más profunda y progresiva conversión, será bueno que también te arrepientas y confieses tus pecados veniales. A continuación tienes un cuestionario (que incluye virtudes y defectos) para ayudarte a examinar tu conciencia.

Primer Mandamiento

¿Tengo a Dios por encima de todo y trato de aumentar mi fe y mi amor a Dios? ¿He admitido en serio dudas contra las verdades de la fe? ¿He negado alguna verdad de fe? ¿He recibido indignamente algún sacramento? ¿He leído, visto o divulgado alguna publicación contraria a la fe católica? ¿He desesperado de mi salvación o he abusado de la confianza en Dios para pecar tranquilamente? ¿He hablado irreverentemente de las cosas y personas sagradas? ¿He practicado la superstición, el espiritismo y cosas semejantes?

Segundo Mandamiento

¿He blasfemado? ¿He pronunciado palabras injuriosas contra Dios, la Virgen María, los santos o las cosas sagradas, incluso delante de otros? ¿He dejado de cumplir culpablemente algún voto o promesa? ¿He pronunciado el santo nombre de Dios sin respeto e irreverentemente?¿He jurado con mentira o sin necesidad?

Tercer Mandamiento (y Mandamientos de la Iglesia)

¿He santificado el domingo, asistiendo consciente y devotamente a la celebración de la Eucaristía y guardando el descanso sagrado? ¿Dedico el domingo a la familia, a las obras de caridad, a cultivarme espiritual y humanamente? ¿Acepto con docilidad lo que me enseña la Iglesia? ¿Cumplo sus mandamientos?

Los mandamientos de la Iglesia

El primero, oír misa entera todos los domingos y demás fiestas de precepto, y no realizar trabajos serviles.

El segundo, confesar, al menos una vez al año, los pecados graves de que se tenga conciencia.

El Tercero, recibir el sacramento de la Eucaristía al menos por Pascua.

El Cuarto, abstenerse de comer carne y ayunar en los días establecidos por la Iglesia (ayuno y abstinencia: el miércoles de ceniza y el viernes santo; abstinencia: los viernes de cuaresma).

El quinto, ayudar a las necesidades de la Iglesia.

Cuarto Mandamiento

¿Honro a mis padres con el amor, el respeto y la obediencia, o los maltrato y hago sufrir con mi conducta, mi soberbia, mi egoísmo o malos tratos? ¿Ayudo a mis padres en sus necesidades, enfermedad, ancianidad? ¿He reñido con mis hermanos, no me hablo con alguno de ellos, les tengo envidia o les he dado mal ejemplo?

Los padres habrán de preguntarse si tratan bien a sus hijos, les dan ejemplo, cuidan de su formación cristiana… Y los esposos, si toman en serio el amor conyugal.

Quinto Mandamiento

¿Tengo odio, rencor o enemistad con alguien? ¿He deseado algún mal a mi prójimo? ¿He tratado mal a alguien con envidia, ira, desprecio, burla? ¿He escandalizado a otros, induciéndolos al mal? ¿He causado algún mal físico a otros? ¿He quitado la vida a alguien, en todos los sentidos? ¿He abortado o colaborado en aborto o eutanasia? ¿He conducido imprudentemente el coche o la moto? ¿He atentado contra mi vida? ¿Me he dejado llevar de la gula? ¿He tomado drogas, o alcohol en exceso? ¿He corregido evangélicamente al prójimo, para que evite los peligros físicos o espirituales?

Sexto y noveno Mandamientos

¿Me he entretenido en pensamientos, deseos o recuerdos impuros? ¿Me guardado debidamente la vista y demás sentidos? ¿He cometido –o deseado- alguna acción impura: solo o con otros, de distinto o del mismo sexo, pariente, consagrados, menores de edad? ¿Me he puesto en peligro consciente de pecado: diversiones, lecturas, espectáculos, páginas indecentes de internet? ¿Tengo amistades peligrosas? ¿Guardo la debida castidad en el noviazgo o en el matrimonio?

Séptimo y décimo Mandamientos

¿He robado alguna cosa o cantidad de dinero? ¿Lo he devuelto? ¿Cumplo fielmente mis deberes sociales: impuesto, seguros, votaciones, etc.? ¿Me tomo en serio el precepto divino del trabajo, que para algunos se concreta en el estudio? ¿Reacciono como cristiano contra abusos e injusticias que perjudican a los más débiles? ¿He apoyado programas, de acción social o política, inmorales y anticristianos? ¿Contribuyo con mis bienes a las necesidades de la Iglesia y de los pobres?

Octavo Mandamiento

¿He mentido? ¿He reparado el daño derivado de mis mentiras? ¿He criticado a otros, descubriendo faltas graves? ¿He violado la intimidad de otros: correspondencia, conversaciones, secretos? ¿He hecho juicios temerarios contra el prójimo? ¿Los he comunicado a otra persona? ¿He rectificado ese juicio erróneo? ¿He calumniado a otros atribuyéndoles algo que es falso? ¿He reparado o estoy dispuesto a reparar esa calumnia? ¿Soy consciente de que, por encima de las diferencias ideológicas o políticas que dividen, está el amor cristiano que ama al adversario?

Pastoral Universitaria Madrid. Evangelio 2010, Edibesa, Madrid, s.f., p. 398-401; 416.

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