miércoles, 1 de septiembre de 2010

Mi Visita a Jesús Sacramentado


Actos de adoración:

Vengo, Jesús mío, a visitarte.

Te adoro en el Sacramento de tu amor.

Te adoro en todos los Sagrarios del mundo.

Te adoro, sobre todo, en donde estás más abandonado y eres más ofendido.

Te ofrezco todos los actos de adoración que has recibido desde la institución de este Sacramento, y recibirás hasta el fin de los siglos.

Te ofrezco principalmente las adoraciones de tu Santa Madre, de San Juan, tu discípulo amado, y de las almas más enamoradas de la Eucaristía.

Gloria al Padre, gloria al Hijo, gloria al Espíritu Santo.

Ángel de mi Guarda, ve y visita en mi nombre todos los Sagrarios del mundo.

Di a Jesús cosas que yo no sé decirle, y pídele su bendición para mi.

Actos de fe:

Creo, Jesús mío, que eres el Hijo de Dios vivo que has venido a salvarnos.

Creo que estás presente en el augusto Sacramento del Altar.

Creo que estás, por mi amor, en el Sagrario noche y día.

Creo que has de permanecer con nosotros hasta que se acabe el mundo.

Creo que bendices a los que te visitan, y que atiendes los ruegos de tus adoradores.

Creo que eres el viático de los moribundos que te aman para llevarlos al cielo.

Creo en Ti, y creo por lo que no creen.

(Comunión espiritual)

Actos de esperanza:

Espero en Ti, Jesús mío, porque eres mi Dios y me has creado para el cielo.

Espero en Ti, porque eres mi Padre. Todo lo he recibido de tu bondad. Solo lo malo es mío.

Espero en Ti, porque eres mi Redentor.

Espero en Ti, porque eres mi Hermano y me has comunicado tu filiación divina.

Espero en Ti, porque eres mi Hermano y me has comunicado tu filiación divina.

Espero en Ti, porque eres mi Abogado que me defiende ante el Padre.

Espero en Ti, porque eres mi Intercesor constante en la Eucaristía.

Espero en Ti, porque me has conquistado el cielo con tu Pasión y muerte.

Espero en Ti, porque reparas mis deudas.

Espero en Ti, porque eres el verdadero Tesoro de las almas.

Espero en Ti, porque eres tan bueno que me mandas que confíe en Ti bajo pena de condenación eterna.

Espero en Ti, porque siempre me atiendes, y me consuelas, y nunca has defraudado mi esperanza.

¡ Sagrario Corazón de Jesús, en Ti confío !

Actos de caridad:

Te amo, Jesús mío, y te amo con todas las veras y como a nadie.

Porque Tú me has amado infinitamente.

Porque Tú me has amado desde la eternidad.

Porque Tú has muerto para salvarme.

Porque Tú no has podido amar más.

Porque Tú me has hecho participante de tu divinidad y quieres que lo sea de tu gloria.

Porque Tú te entregas del todo a mi en la Comunión.

Porque Tú me das en manjar tu Cuerpo y en bebida tu sangre.

Porque Tú estas siempre por mi amor en la Santa Eucaristía.

Porque Tú me recibes siempre en audiencia sin hacerme esperar.

Porque Tú eres mi mayor Amigo.

Porque Tú me llenas de tu dones.

Porque Tú me tratas siempre muy bien, a pesar de mis pecados e ingratitudes.

Porque Tú me has enseñado que Dios es mi Padre que me ama mucho.

Porque Tú me has dado por Madre a tu misma Madre.

¡ Dulce Corazón de Jesús, haz que te ame cada día más y más !

¡ Dulce Corazón de Jesús, se mi amor !

Te amo por los que no te aman.

Te amo por los que nunca piensan en Ti.

Te amo por los que no te visitan.

Te amo por lo que te ofenden e injurian.

¡ Que pena por esto!

Te amo y te digo con aquél tu siervo:

¡ Oh Jesús, yo me entrego a Ti para unirme al amor eterno, inmenso e infinito que tiene a tu Padre celestial ! ¡ Oh Padre adorable ! Te ofrezco el amor eterno, inmenso e infinito de tu amado Hijo Jesús, como mío que es Te amo, cuando tu Hijo te ama (S. Juan Eudes)

Actos de contrición:

¡ Jesús mío, misericordia !

Jesús mío, te pido perdón por los muchos pecados que he cometido durante mi vida.

Por los de mi niñez y adolescencia.

Por los de mi juventud.

Por los de mi edad adulta.

Por los que conozco y no conozco.

Por lo mucho que te he disgustado con ellos.

Por lo mal que me he portado contigo.

Siento mucho haberte ofendido.

¡ Perdóname, perdóname, perdóname !

Perdóname por lo ingrato que he sido para Ti.

Perdóname y no quieras ya acordarte de mis pecados.

Perdóname y limpia mi alma de toda basura e infidelidad.

Perdóname y ten misericordia de este pobre pecador.

Perdóname porque estoy muy arrepentido.

Perdóname que quiero ser bueno en adelante con tu divina gracia.

Perdóname y aparta tu rostro de mis ingratitudes.

Perdóname, que me cusan mucho miedo mis pecados.

Perdóname, porque me reconozco pecador y reo.

Perdóname, porque no obstante Tú sabes que te quiero mucho.

Jesús, sé para mí Jesús.

Madre mía María intercede por mi ante tu divino Hijo Jesús.

¡ Dulce Corazón de María, se mi salvación !

Actos de gratitud:

Oh Jesús, te doy rendidas gracias por los beneficios que me has dado.

Yo no sabré nunca contarlos sino en el cielo, y allí te los agradeceré eternamente.

Padre celestial, te los agradezco por Santísimo Hijo Jesús.

Espíritu Santo, que me inspiráis estos sentimientos, a Ti sea dado todo honor y toda gloria.

Jesús mío, te doy gracias sobre todo por haberme redimido.

Por haberme hecho cristiano mediante el Bautismo, cuyas promesas renuevo.

Por haberme dado por Madre a tu misma Madre.

Por haberme dado un grande amor a tan tierna Madre.

Por haberme dado por Protector a San José, tu Padre adoptivo.

Por haberme dado al Ángel de mi Guarda.

Por haberme conservado hasta ahora la vida para hacer penitencia.

Por tener estos deseos de amarte y de vivir y morir en tu gracia.

Actos de súplica:

Te ruego, Jesús mío, que no me dejes porque me perderé.

Que persevere siempre en tu amor

Que estés siempre conmigo, sobre todo cuando esté en peligro de pecar, y en la hora de mi muerte.

Que no permitas que jamás me aparte de Ti.

Que sepa padecer con resignación por Ti.

Que no me preocupe sino de amarte.

Que ame también a mis prójimos.

Que ame mucho a los pecadores.

Que ame mucho a los pobres y a los enfermos.

Que ame mucho a las almas del Purgatorio.

Que saque muchas almas del Purgatorio, con mis obras, que te las ofrezco a este fin.

Que ampares a tu Iglesia.

Al Romano Pontífice, tu Vicario visible en la tierra.

A los Prelados y a los Sacerdotes.

A los Religiosos y Religiosas.

A lo s que mandan en tu nombre.

A los que gobiernan nuestra nación.

A nuestra querida España.

A mis amados parientes y allegados.

Que pagues a mis bienhechores.

Que favorezcas a los que ruegan por mi.

Que bendigas a los que me miren con indiferencia y no me quieren.

Que trabaje mucho por Ti hasta la muerte.

Que me concedas una muerte santa.

Que diga al morir; ¡ Jesús, Jesús, Jesús !.

Que me lleves al cielo cuando muera.

Amén.

ORACIÓN FINAL

Jesús mío, échame tu bendición antes de salir, y que el recuerdo de esta visita, que acabo de hacerte, persevere en mi memoria y me anime amarte más y más. Haz que cuando vuelva a visitarte, vuelva más santo. Aquí te dejo mi corazón para que te adore constantemente y lo hagas más agradable a tus divinos ojos.

Adiós, Adiós, Jesús mío.

H Orzanco (C.M.)

Con las licencias necesarias

No hay comentarios:

Publicar un comentario